sábado, 16 de septiembre de 2023

Predicciones y tercerías

 

El ser ensimismado en la trascendencia de los demás y en sus pies planos salió al patio delantero, donde ya se había armado su kiosco en medio de la kermesse espiritual “Elévate y deja tu ancla material con nosotros”. La marquesina prometía “Tres predicciones por U$S 100”.

Se sentó en su trono con gobelinos de seda, acomodó los propios para estar más cómodo y se disponía a dar un sorbo a su piña colada, cuando vio que una mujer encaraba hacia su puesto. Le pareció cara conocida, pero no lograba ubicarla a esa distancia, ya que no pudo encontrar los lentes de contacto y no era pertinente para su imagen de perfección utilizar los anteojos con vidrios culo de botella que le daban a sus ojos un aspecto similar a los del alien de Roswell. Había algo en la figura que no terminaba de cuadrar. Cuatro pasos más tarde lo descubrió: el cabello y la vestimenta.

- Maestro, ¿se acuerda de mí? -preguntó la recién llegada con rostro de luna llena.

- Ahora que huelo tu aliento recuerdo -dijo Chup, tratando de aventar los vapores rancios de su cercanía-. Ya no tienes el cabello desordenado y te vistes como una señora, no como con una bolsa de papas.

- Cuestiones de imagen -acordó-. Tengo que parecer decente. ¡Orden! ¡Orden!

- ¿A quién le dices eso? -preguntó Su Suprema Alopecía.

- No, nada. Es que tengo que repetir el mantra. Y encima estoy con síndrome de abstinencia y el empastillado no me pega bien.

- Pero tu aliento...

- Es que me acabo de mandar la botellita de vinagre cuando comí la ensalada allí abajo.

- Bueno, no perdamos el tiempo -dijo El Enorme Grano Purulento en las Asentaderas del Mundo (aka Grain dans L’Ort, en francés), señalando el cartel luminoso con la oferta.

La mujer rebuscó en su voluminosa cartera entre los numerosos carnés de afiliación, hasta que halló el atadito cubierto por la foto de Cavallo abrazando a de la Rúa y ella mirando desde atrás junto con López Murphy y emitió un “¡Ay!” al sacarlo, ya que se pinchó con el muñeco Vudú (ella lo escribe Boudou) de boca ancha y terraza desierta que guardaba junto con una imagen del Ahorcado con la cara de un expresidente. Lo desenvolvió y sacó un billete, que entregó al E-Vidente (también atiende virtual, previo depósito de honorarios), quien sacó una pinza de un estante con la que asió esa figura decadente de la falta de espiritualidad, comprobó su autenticidad con un detector, pulsó una tecla de la vieja caja registradora que abrió el cajón de la inmundicia mundana, depositó ese excremento verde en uno de los compartimientos y lo cerró con un gesto de resignación.

- Por ser tú, vieja clienta, dejaré que decidas el rubro de cada una de las tres premoniciones -espetó ser tan sabedor que previó el Previaje.

Pensó un buen rato la susodicha, ya que el vinagre no termina de lubricar las neuronas flotantes adecuadamente, como lo hacen los fluidos habituales. Por fin, dio la primera pregunta:

- ¿A quién apoyará el Colgado?

Ahora le tocó el turno de la meditación a Chup, la que se complicó bastante, comenzando a salir humo de su cabeza, más precisamente de su boca, con cuyos labios sostenía la boquilla de la pipa que comenzó a prender, la cual contenía incienso, frula, algunas piezas de su propio vello pudendo y gofio.

Elevado por el vapor fermentado contenido en el hornillo y por un desafortunado manoteo al botón oculto del mecanismo de elevación de su trono, espetó:

- Veo un monstruo de dos cabezas con aspecto pinochezco que otea el horizonte en direcciones que parecen opuestas pero que son muy similares. Posee una daga con empuñadura de marfil con la cual acecha el corazón de una rata que cambia de orientación constantemente, pero que finalmente es alcanzada y dejada de lado preservativamente. ¡Se fue la primera!

Aturdida por la respuesta y tras entonar quedamente “Por qué me abandonaste / no sé por qué”, imitando vagamente a Paloma San Basilio, lanzó la segunda:

- ¿Me irá bien en mi recorrido con la casa rodante por todo el país?

- Llegarás sana y salva al final de tu recorrido, siempre y cuando tú no manejes -fue la escueta contestación.

- Pe.., pe.., pero, tu humanismo centrado en los seres humanos no llega hasta la humanidad de mi persona humana, lo que humanamente me parece que no es humano. ¿Entendés?

- Ladilla que se pega al ladillo de ciertas partes, no, en verdad. Haz la tercera que está comenzando a formarse cola detrás de ti. Y no me refiero a tus grasosos glúteos.

Tras unos instantes de vacilación, la sujeta lanzó la más relevante de sus inquisiciones, más que su decisión al estilo Torquemada de bajar sueldos y jubilaciones un 13%, y preguntó:

- ¿Llegaré a las PASO?

Si hubiera sido una película, se hubiera escuchado un acorde terriblemente sonoro e impactante, pero, en su lugar, se oyó el sordo quejido de un escape de gas humano.

El Catador Oficioso del Universo halló la respuesta casi instantáneamente e indicó con cara de circunstancias:

- Tercera incómoda, arrojada al fango de la inexistencia hasta que halles un nuevo grupo que te acerque al sillón ansiado.

Angustiada, se vio la triste figura de la derrotada pasar. Mientras se retiraba, dicen las crónicas y los C5Ns que se escuchó al Ombligo Despelusado del Mundo cantar: “La corrieron de atrás, la corrieron de atrás, le metieron un gol en orsai. Ay qué dolor, ay qué dolor, el var no lo quiere anular”. Tras lo cual se alzó la Voz del Estadio Galáctico diciendo:

- ¡El que sigue!


 

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